sábado, junio 28, 2008

El Conjunto Nacional de Espectáculos de Cuba, Carlos Ruíz de la Tejera y Ana Martin.


UN día de 1987, no recuerdo cual, me llamaron a trabajar con el Conjunto Nacional de Espectáculos de Cuba, dirigido por Alejandro García Virulo ¡Que emoción! , pero también que responsabilidad. Les confieso que fue un gran reto. Pues no, solo como pianista iba yo a integrar el tan famoso Conjunto Nacional de Espectáculos de Cuba. Si no que también como actriz, cantante y hasta bailarina. Nunca olvidaré aquel guaguancó que tuve que bailar y dicho sea de paso siempre me quedaba atravesado, pero mientras yo me angustiaba intentando darle sabor a aquel guaguancó, el público se reía a mares porque pensaban que era parte del chiste. ¿Que cosas tiene la vida ¿Verdad? Esta es una, entre muchas anécdotas, todas muy graciosas que les puedo contar, pues no se imaginan ustedes cuantas novatadas tuve que pagar.
Integrábamos el elenco 6 actores y 4 músicos, pero los músicos, lo mismo actuábamos que los actores cantaban y tocaban instrumentos.
Alejandro García Virulo., Carlos Ruíz de la Tejera, Jorge Guerra, Carmen Ruíz, Zulema Cruz, Jesús del Valle (Tatica), Leoginaldo Pimentel, y otros integrantes que estuvieron de paso, como el caso de Edesio Alejandro , Cotán y un percusionista menor que no recuerdo su nombre, además de esta servidora, Ana Martin que, ¡ de paso! , ¡Nada! Estuve hasta el final del conjunto. Pues se desintegró y lo sentimos mucho todos los que compartimos esta etapa maravillosa.
Le dimos la vuelta a Cuba entera con “El Génesis según Virulo” (Échale Salsita) y mas tarde hicimos Dos giras internacionales cosechando éxitos en España y México.
Para mí todas aquellas experiencias eran totalmente nuevas. Los ensayos agotadores, mañana, tarde y noche. Realmente era muy difícil, pero lo disfrutaba al máximo .Recuerdo que al principio en los cambios de vestuario de escena a escena, me daba tremendas trabadas, se me enredaban los trajes, los zapatos, los chales y los sombreros y a veces hasta salía a escena con las plumas del sombrero al revés y refunfuñando con todos aquellos trapos encima de mí y para colmo de males, los papeles de música, los timbres del teclado que no conocía todavía y me confundía. Recuerdo que un día en vez de ponchar el timbre que hacia el efecto de los truenos y tormenta para así anunciar el Diluvio Universal, ponché el de una moto, eso fue el mejor chiste de la noche. Yo pensé que de esa Virulo me botaba del conjunto, pero mientras más eran mis trabazones, mas se reía el público, increíble y así me fui convirtiendo en una original actriz humorística.
A propósito. Nunca se me había ocurrido comentarles, los años que hace que Carlos y yo nos conocemos.
UN día Carlos Ruíz de la Tejera se me acercó en uno de los ensayos y me dijo…. Maestra ¿le gustaría a usted acompañarme en el Vals del Minuto de Federico Chopin? Y yo le contesté así, sin más, ni mas… Bueno, esta bien, como usted desee maestro, yo encantada de acompañarlo y así fue que comenzamos a trabajar, inseparables, hasta la fecha.

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